jueves, 5 de marzo de 2015

Examen de lengua



POSIBLES CUESTIONES

A) COMUNICACIÓN

1 Distinción expositivo (explica tema, indicarlo)/ argumentativo (defiende tesis, indicarla).
Resumen si procede

2 Distinguir las funciones del lenguaje y sus características.


B NIVEL MORFOLÓGICO
3 Categoría gramatical , estructura morfológica y  tipo de formación al que las palabras obedecen
4 Distinción de categorías en un texto.
5 Cuestiones en torno al nombre (género y número especiales...)
6 Cuestiones en torno al adjetivo (especificativo/explicativo; superlativos cultos...)
7 El verbo. Análisis de formas verbales. Usos. Perífrasis y locuciones

C) NIVEL SINTÁCTICO
8 Análisis de oraciones simples. Clasificación (modalidad, estructura, predicado)
Atención al vocativo, al predicativo, al uso de los pronombres... VALORES DEL SE.

D) NIVEL LÉXICO SEMÁNTICO
9 Indicar sinónimos o antónimos contextuales en un texto
10 Encontrar y/o explicar  en un texto palabras con alguna particularidad (cultismos, préstamos o extranjerismos, neologismos, acronimia o siglas, eufemismos, metáforas o metonimias...)





TEXTO
1. ¿Qué tipo de texto es este? Justifica la respuesta
A)
"AREÚSA: Así goce de mi que es verdad; que estas que sirven a señoras ni gozan deleite, ni conocen los dulces premios del amor. [Nunca tratan con parientes, con iguales a quien puedan fablar tú por tú, con quien digan: "¿Qué cenaste?" "¿Estás preñada?" "¿Cuántas gallinas crías?" "Llévame a merendar a tu casa." "Muéstrame tu enamorado." "¿cuánto ha que no te veo?" "¿Cómo te va con él?" "¿Quién son tus vecinas?" y otras cosas de igualdad semejantes. ¡Oh, tía! ¡Y qué duro nombre y qué grave y soberbio es "señora" contino en la boca!] Por esto me vivo sobre mí, desde que me sé conocer. Que jamás me precié de llamarme de otra sino mía; mayormente de estas señoras que agora se usan. Gástase con ellas lo mejor del tiempo, y con una saya rota de las que ellas desechan pagan servicio de diez años. Denostadas, mal tratadas las traen, contino sojuzgadas, que hablar delante de ellas no osan. Y cuando ven cerca el tiempo de la obligación de casallas, levántanles un caramillo, que se echan con el mozo o con el fijo, o pídenles celos del marido, o que meten hombres en casa, o que hurtó la taza o perdió el anillo; danle un ciento de azotes y échanla la puerta fuera, las haldas en la cabeça, diciendo: "¡Alla irás, ladrona, puta! No destruirás mi casa y mi honra". Así que esperan galardón, sacan baldón; esperan salir casadas, salen amenguadas; esperan vestidos y joyas de boda, salen desnudas y denostadas. Estos son sus premios, estos son sus beneficios y pagos. Oblíganse a darles marido, quítanles el vestido. La mejor honra que en sus casas tienen es andar hechas callejeras, de dueña en dueña, con sus mensajes acuestas. Nunca oyen su nombre propio de la boca dellas, sino "Puta", acá; "puta", acullá! "¿A dó vas, tiñosa?" "¿Qué feciste, vellaca?" "¿Por qué comiste esto, golosa?" "¿Cómo fregaste la sartén, puerca?" "¿Por qué no limpiaste el manto, sucia?" "¿Cómo dijiste esto, necia?" "¿Quién perdió el plato, desaliñada?" "¿Cómo faltó el paño de manos, ladrona?"; A tu rufián le habrás dado". "Ven acá, mala mujer, la gallina habada no aparece; pues búscala presto, si no, en la primera blanca de tu soldada la contaré". Y tras esto, mil chapinazos, pellizcos, palos y azotes. No hay quien les sepa contestar, no quien pueda sufrirlas. Su placer es dar voces, su gloria es reñir. De lo mejor hecho, menos contentamiento muestran. Por esto, madre, he querido más vivir en mi pequeña casa, exenta y señora, que no en sus ricos palacios sojuzgada y cativa."


B)

Fernando de Rojas retrata unos personajes mucho más complejos de lo que era usual en la época, muy caracterizados psicológicamente. No surgen de una vez: sus hechos y palabras van cambiando la idea que nos hacemos de ellos. (Melibea está vista a través de sus acciones, más la visión de Calisto, más la de Celestina, más la de las rameras, más la de los criados, más la de los padres...)

Además, concede igual importancia a personajes "altos" (señores) y "bajos" (criados y submundo de las prostitutas y rufianes). Se comportan igual en las mismas circunstancias. Los segundos no son tratados desde un punto de vista humorístico, que era lo habitual entonces, sino como ellos mismos se ven.


Todos comparten el individualismo y la falta de ética (Calisto es un mal señor ya que maltrata a los buenos criados y sufre un deseo devorador; los criados lo desprecian; Melibea disimula la verdad ante sus padres; Celestina menosprecia a todos e intenta dominarlos; Sempronio y Pármeno no son verdaderos amigos: les une la lujuria y la codicia...)







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