Ileana:
emigrante rumana, contratada para recoger la cosecha en Andalucía
Esta
es una tierra alegre,
el
que no se calienta al sol
se
alcoholiza y punto.
Me
doblo en un ángulo de noventa grados
para
recoger sesenta cajas diarias
de
fresas, una por una. Mis compañeros
son
mujeres por expreso deseo
de
los empresarios, dice mi jefe
“Son
más dóciles
y
no tienen problemas de convivencia”.
Esta
declaración no ha sido subrayada
por
ninguna organización feminista.
adelante
los países. Sufrimos
y
callamos, nuestras madres
nos
enseñaron a no alborotar,
tampoco
ellas protestaron, se limitaron
a
trabajar para la nación. Nosotras
nos
lanzamos a mejorarlo,
a
cumplir sus patrones con mérito.
Asistimos
a la noche sin música,
sin
alegría nos acostamos; lejos,
y
las orquídeas del Cárpatos
exhalan
un fuerte olor a vainilla.
Soy
licenciada en medicina
por
la facultad de Cluj Napoca.
El ritual de lo habitual, Cristina Morano