miércoles, 27 de abril de 2016

Examen de la tercera evaluación

 HABRÁ RESTRICCIÓN DE PAPEL: 2 FOLIOS, COMO EN PAU.



Bloque 1                                                                                                
Comprensión y comentario del texto propuesto:
1. Comentario de texto: 
a) tema del texto                                                                                                   0,5    puntos
b) características lingüísticas y estilísticas más sobresalientes                          1,5    puntos
c) tipo de texto                                                                                                      0,25 puntos


2. Resumen del texto                                   Cuatro o cinco líneas                   1 punto    
- Empezad directamente
- Sin opinión, ni ejemplos, ni segundas personas del singular (coloquial) etc...
     

3. Elaboración de un texto argumentativo sobre el tema propuesto.            1 punto
Ya sabéis que se valorará:
-que la tesis sea claramente reconocible
-el uso de argumentos de tipología variada
- los referentes culturales
- la precisión léxica.
- el registro formal
- la utilización de los marcadores y conectores textuales pertinentes
- la ortografía (ojo a la puntuación).

Cuidado con:
- Llenar el texto de obviedades: sed originales en la medida de lo posible
- Repetir en exceso. Una cosa es la coherencia (y para ello un cierto grado de repetición puede resultar imprescindible) y otra cosa es utilizar veinte veces la misma palabra. 

En PAU vale 1,5

Bloque 2: Cuestiones sobre contenidos de lengua castellana del currículo de 2.º de Bachillerato.

4a. Análisis sintáctico de una oración compleja o compuesta. (1,5 punto)

4b. Cuestiones de carácter morfológico o léxico-semántico. (1 punto)



Bloque 3. Literatura.                                       
5a. Tema de literatura española.                                        (2 puntos)
Este trimestre las posibilidades son:


Tema 8. La novela española del 39 al 75. Tendencias, autores y obras principales.
Tema 9 .El teatro español del 39 a nuestros días. Tendencias, autores y obras principales.
Tema 10.  La poesía española del 39 a nuestros días. Tendencias, autores y obras principales.
Tema 11. La novela y el cuento hispanoamericano de la 2ª mitad del siglo XX. Tendencias, autores y obras principales.
Tema 12. La novela española del 75 a nuestros días.Tendencias, autores y obras principales.



5b. Análisis de la obra leída en relación con su contexto histórico y literario.
Esta pregunta de PAU se sustituye por una serie de preguntas cortas sobre los temas vistos (1,5 puntos)       
En PAU vale 1.

Textos de la PAU que habéis estado trabajando en clase

A)
En 1943 el general Groves, encargado de supervisar desde septiembre de 1942 las
investigaciones del Proyecto Manhattan, empezó a asignar a [Enrico] Fermi los problemas de desarrollo de tecnología nuclear en los que se encallaban otros investigadores. De hecho, ya bajo la batuta de Robert Oppenheimer (1904-1967) y trasladado a Los Álamos, Fermi fue nombrado director asociado del Proyecto Manhattan, encargado de la llamada “División F”, siguiendo la inicial de su apellido. Su responsabilidad era resolver todas aquellas cuestiones en las que se atascaban los miembros de otras divisiones, aprovechando su sagacidad y capacidad de visión general de los problemas.

El Proyecto Manhattan, como es bien sabido, culminó con las dos bombas nucleares que
cayeron sobre Hiroshima y Nagasaki —el 6 y el 9 de agosto de 1945, respectivamente— con más de
cien mil víctimas directas, más miles de heridos que murieron con posterioridad en las dos mayores
masacres instantáneas de la historia de la humanidad. Finalizada la guerra en Europa con la entrada de las tropas rusas en Berlín y, tras el suicidio de Hitler, la rendición alemana el 8 de mayo de 1945, la Segunda Guerra Mundial acabó como los militares se habían propuesto: ensayando los dos tipos de
bomba (bomba de pistola de Uranio 235 y bomba de plutonio) desarrollados por el Proyecto Manhattan.

La rendición de Japón llegó casi de inmediato. La tecnología nuclear había mostrado su lado más
terrible: el desarrollo de armas de destrucción masiva. Los científicos vivieron aquel final de otra manera: muchos se cuestionarían la necesidad de la segunda explosión de Nagasaki, y algunos de ambas, cuando la contienda podría haber concluido de otra forma menos cruenta. Los militares y el Gobierno norteamericano, sin embargo, preferían un final rápido y contundente que no produjese más bajas propias. Los científicos que destacaron en el proyecto fueron condecorados por el general Groves con la medalla al mérito el 19 de marzo de 1946, en una ceremonia solemne celebrada en Chicago. Fermi estaba entre ellos aunque, como le sucedería al propio Einstein, tenía la conciencia removida, como demostró en sus alegatos posteriores a favor de los usos civiles de la energía nuclear.
(Antoni Hernández-Fernández, “El origen de la física moderna: el papel de Fermi”, en Encuentros Multidisciplinares, 2014)

B)

Hemos de tratar ahora el elemento ambiental que más suele influir en la vida de los hombres,
incluso en la vida pública de los políticos: de su hogar. Hay hombres virtualmente sin hogar, y en ellos la influencia del medio se reduce al ambiente social, que no es nunca, ni aun en las épocas más favorables de la Historia, austero; y por ello, estos hombres propenden a la frivolidad y a la falta de espíritu de sacrificio y de rectitud moral. Hay otros seres humanos que viven en un hogar hostil; en ellos esta influencia adquiere carácter reaccional y propenden a la misantropía, al escepticismo y a todas las formas sociales de resentimiento; para ellos, todas las mujeres son como la propia mujer, necia o casquivana; o todos los hombres como el marido, egoísta y brutal; la sociedad entera, pura ficción, como lo es la familia en que viven, hervidero de pasiones y no remanso de paz. Finalmente, hay otros hombres que llegan a su madurez en un hogar favorable, en el que se aprende a juzgar a los demás hombres a través de los únicos sentimientos veraces y también a través de los únicos sinsabores profundos: los que por no afectar a la vanidad, sino directamente al alma, noblemente la modelan. De esta última categoría fue el hogar del Conde-Duque, severo, recto y pródigo en las dos eficaces influencias –los hondos afectos y las desgracias entrañables– que tanto influyeron en su vida y que importa dar a conocer. (Gregorio Marañón, El CondeDuque de Olivares, 1936)

C)

En mi ciudad*, en los escaparates de las papelerías, solía quedarme mirando las cubiertas de unos
pocos libros que permanecían meses en el mismo lugar invariable, entre cuadernos, pisapapeles, álbumes de comunión, estuches de lápices de colores. En algunos de aquellos escaparates los colores de las portadas se habían ido amortiguando según pasaba el tiempo. En un solo puesto de la feria de Madrid** había tantos libros que uno podía estarse horas enteras mirando sin haberlos visto todos. No recuerdo si vi a algún escritor, aunque no creo que hubiera reconocido a ninguno. Los escritores a los que yo leía ―Julio Verne, Dumas, Gustavo Adolfo Bécquer— llevaban muertos mucho tiempo, de modo que tal vez no acababa de imaginarme que la literatura fuese un oficio que alguien pudiera ejercer en el tiempo presente. Yo a veces me imaginaba escritor, pero menos por vocación que por fantasía caprichosa, igual que me imaginaba astronauta o corresponsal de guerra o naufrago en una isla desierta. Como un niño solo en el edificio entero de una juguetería, me maree entre los libros, el calor y la gente, mirando precios, contando el poco dinero que llevaba, con mucha cautela, porque me habían advertido que Madrid era una ciudad llena de carteristas. Absurdamente me acabe comprando el Martín Fierro y una historia de la Mafia. Volvía tan tarde a la pensión que mis abuelos ya temían que me hubiera perdido, que me hubiera pasado algo en aquella ciudad que, en el fondo, nos daba tanto miedo.


http://www.educa2.madrid.org/web/educamadrid/principal/files/7682dc7b-a25e-4e36-a796-4ad61750bb4e/2%C2%BA%20bachillerato/PAU_junio%202011.pdf
https://laedaddeoro.wikispaces.com/file/view/Mu%C3%B1oz+Molina+En+la+feria+cdt+resuelto.pdf

D)
Aunque para fines del siglo XIX existía un cierto consenso sobre la necesidad de educar
mínimamente a las mujeres, será a partir de entonces cuando el tema cobre mayor entidad y se
produzca el acceso de estas a la enseñanza. Al iniciarse la centuria los argumentos que se basaban
en el bienestar de la familia eran los únicos mayoritariamente admitidos para justificar la
instrucción femenina. Se trataba de educar a las mujeres porque la naturaleza las llamaba a
compartir su vida con los hombres y tenían que saber atenderlos; porque estaba en sus manos la
dirección de sus hijos durante la infancia y debían estar preparadas para formarlos.
Consecuentemente, solo una «adecuada educación» que las preparara ante todo para ser mejores
esposas y madres era, a decir de sus defensores, la que les convenía y la única que las haría felices.
Una instrucción elemental, con ciertos contenidos culturales, se consideraba suficiente; solo una
minoría defendía la ampliación de aquella con vistas al ejercicio profesional.
Así concebida, la educación femenina cubría los requisitos del liberalismo; salvaba el
teórico principio de igualdad, respondía a las exigencias del progreso y preservaba las estructuras
sociofamiliares de cualquier peligro, al ser las exigencias de sexo y clase sus principios
orientadores.
Sin embargo, esta educación no tardaría mucho en mostrar sus insuficiencias y discriminaciones.
En los comienzos del siglo XX la influencia exterior, el desarrollo de los servicios,
la demanda de trabajo por parte de las chicas de clase media, la actitud de las interesadas y el efecto
mimético de las pioneras harían que se debatiera y difundiera un modelo de enseñanza femenina
acorde con el resto de los países occidentales.

R. Capel y C. Flecha, «La educación de las mujeres en el primer tercio del siglo XX».


E)
En España, donde la pereza es, más que un vicio, una religión, se comprenden difícilmente esas
monumentales obras de los químicos, naturalistas y médicos alemanes en las cuales solo el tiempo necesario para la ejecución de los dibujos y la consulta bibliográfica parecen deber contarse por lustros. Y, sin embargo, estos libros se han redactado en uno o dos años, pacíficamente, sin febriles apresuramientos. El secreto está en el método de trabajo, en aprovechar para la labor todo el tiempo hábil, en no entregarse al diario descanso sin haber consagrado dos o tres horas por lo menos a la tarea, en poner dique prudente a esa dispersión intelectual y a ese derroche de tiempo exigido por el trato social, en restañar, en fin, en lo posible, la cháchara ingeniosa del café o de la tertulia,
despilfarradora de fuerzas nerviosas (cuando no causa disgustos), y que nos aleja, con pueriles vanidades y fútiles preocupaciones, de la tarea principal.
 Si nuestras ocupaciones no nos permiten consagrar al tema más que dos horas, no abandonaremos el trabajo a pretexto de que necesitaríamos cuatro o seis. Como dice juiciosamente Payot, «poco basta cada día si cada día logramos ese poco».
 Lo malo de ciertas distracciones, demasiado dominantes, no consiste tanto en el tiempo que nos roban, cuanto en la flojera de la tensión creadora del espíritu y en la pérdida de esa especie de tonalidad que nuestras células nerviosas adquieren cuando las hemos adaptado a determinado asunto.
 No pretendemos proscribir en absoluto las distracciones, pero las del investigador serán siempre ligeras y tales que no estorben en nada las nuevas asociaciones ideales. El paseo al aire libre, la contemplación de las obras artísticas o de las fotografías de escenas, de países y de monumentos, el encanto de la música y sobre todo la compañía de una persona que, penetrada de nuestra situación, evite cuidadosamente toda conversación grave y reflexiva, constituyen los mejores esparcimientos del hombre de laboratorio. Bajo este aspecto será bueno también seguir la regla de Buffon, cuyo abandono en la conversación (que chocaba a muchos admiradores de la nobleza y elevación de su estilo como escritor) lo justificaba diciendo: «Estos son mis momentos de descanso».
(Santiago Ramón y Cajal, Reglas y consejos sobre la investigación científica, 1897)



F)

La timidez es un rasgo de carácter. Se define por una marcada tendencia a rehuir los contactos sociales con desconocidos, evitar la iniciativa en el terreno social, permanecer silenciosos en las reuniones, sentir dificultad para mirar a los ojos, y un gran pudor en hablar de las propias emociones. El tímido no suele serlo dentro de casa o en ambientes familiares, y una vez pasada la dificultad de los primeros contactos su adaptación social puede ser buena. La timidez hace sufrir a mucha gente, pero no es un trastorno grave, ni una enfermedad como lo es la fobia social. El tímido suele adaptarse bien a partir de un periodo de inhibición inicial. ¿Qué es lo que teme una persona tímida? Las estadísticas nos proporcionan el siguiente ranking: los desconocidos (el 70%), las personas del sexo opuesto (64%), hablar delante de un público (63%), estar en un grupo grande (68%), ser de un estatutos que se supone inferior al de sus interlocutores o sentirse inferior a ellos de una forma u otra (56%).

Hay que ser cuidadoso al juzgar una posible timidez, porque en un mundo soez, ruidoso, agresivo y desvergonzado como el nuestro podemos acabar llamando timidez a la buena educación y el respeto por lo demás. La evolución del concepto de pudor nos demuestra que estamos tratando un tema sometido a grandes influencias sociales y culturales. Una parte importante de las características atribuidas a las personas tímidas -dulzura, pudor, recato, pasividad- han sido durante siglos atributos de la perfección femenina. Tradicionalmente se ha elogiado a la mujer tímida, lo que hace que en este momento la timidez sea sentida y resentida sobre todo por los hombres, que son los que con mayor frecuencia acuden a los especialistas en busca de ayuda, porque contraviene gravemente la imagen social de la masculinidad.

Estamos hablando de un tipo de ansiedad social que dificulta la vida de muchas personas y condena a la soledad y a vivir en retirada. Solo cuando alcanza unos grados de angustia insoportables e invalidantes entramos en el terreno patológico y hablamos de “fobia social”. (José Antonio Marina, ‘Anatomía del miedo. Un tratado sobre valentía’, 2006).


G)
Las letras, el alfabeto, la escala de las vocales, el niño, a la sombra de la madre, pájaro ligero por el árbol de la gramática. Salta, va, viene, se equivoca de rama, vuelve a saltar, dice la a, la e, ríe con la i, se asusta con la u, vive.

Por ahí empieza la historia, hijo, empieza la cultura, el mundo de los hombres, ese juego largo que hemos inventado para aplazar la muerte. Las letras, insectos simpáticos y tenaces, juegan contigo como hormigas difíciles. Estás empezando a pulsar las letras, las teclas de un piano que resuena en cinco o diez mil años de historia.

Cada letra tiene un eco de lenguajes pasados, de idiomas milenarios, que tú despiertas inocentemente, como cantando dentro de una catacumba. Eres el paleontólogo ingenuo de nuestro mundo de jeroglíficos. Somos tus antepasados remotos, esfinges egipcias, dioses griegos, estatuas etruscas, dialectos nubios. Me siento –ay– más del lado de la Antigüedad que del lado de tu vida reciente. Se me incorpora una cultura de siglos que contempla impávida, fósil, tu pajareo alegre por sobre las losas del pasado. Cada letra es una losa que pisas, cada palabra es una tumba. Estás jugando en el cementerio, como los niños de aquella película, porque las palabras son cadáveres, enterramientos, embalsamientos de cosas. Tú, que eres todavía del reino fresco de las cosas, te internas ahora, sin saberlo, en el reino sombrío de las palabras, de los signos.
Francisco Umbral, Mortal y rosa.

domingo, 24 de abril de 2016

Lunes

GENERACIONES

Antes de morir, mi madre dijo mamá, ven
mientras me miraba sin verme;
yo dije mamá, quédate 
abrazando su cuerpo diminuto
envuelto en pañales y olor a talco;
mi hija dijo mamá, no llores
y me acarició la cabeza consolándome.

Cuando mama murió, durante unos segundos
no tuvimos muy claros los lazos  que nos unían
no supimos quién se había ido
y quién se había quedado
ni en qué momento de nuestras vidas
estábamos viviendo

o muriendo.

Ana Pérez Cañamares (La alambrada de mi boca)





lunes, 18 de abril de 2016

Los valores del se. Una odisea en la sintaxis.



http://www.tinglado.net/?id=valores-gramaticales-de-se

La primera parte es muy básica y se puede pasar deprisita. (En la página 9 y la 17, no obstante,  hay algunos resultados que admiten otra interpretación).

Introduce terminología un poco diferente y habla del valor "causativo" que no hemos mencionado en clae pero que tampoco ofrece dificultad. (Realmente se trata de un CI de significado especial, pero se analiza como CI)

El grueso de los ejercicios está a partir de la página 20.




martes, 12 de abril de 2016

Algunos comienzos

1

Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo. Macondo era entonces una aldea de veinte casas de barro y cañabrava construidas a la orilla de un río de aguas diáfanas que se precipitaban por un lecho de piedras pulidas, blancas y enormes como huevos prehistóricos. El mundo era tan reciente, que muchas cosas carecían de nombre, y para mencionarlas había que señalarlas con el dedo.


2

Bastará decir que soy Juan Pablo Castel, el pintor que mató a María Iribarne; supongo que el
proceso está en el recuerdo de todos y que no se necesitan mayores explicaciones sobre mi
persona.

Aunque ni el diablo sabe qué es lo que ha de recordar la gente, ni por qué. En realidad,
siempre he pensado que no hay memoria colectiva, lo que quizá sea una forma de defensa de la
especie humana. La frase "todo tiempo pasado fue mejor" no indica que antes sucedieran menos
cosas malas, sino que —felizmente— la gente las echa en el olvido. Desde luego, semejante frase no
tiene validez universal; yo, por ejemplo, me caracterizo por recordar preferentemente los hechos
malos y, así, casi podría decir que "todo tiempo pasado fue peor", si no fuera porque el presente me
parece tan horrible como el pasado; recuerdo tantas calamidades, tantos rostros cínicos y crueles,
tantas malas acciones, que la memoria es para mí como la temerosa luz que alumbra un sórdido
museo de la vergüenza. ¡Cuántas veces he quedado aplastado durante horas, en un rincón oscuro
del taller, después de leer una noticia en la sección policial!. Pero la verdad es que no siempre lo más
vergonzoso de la raza humana aparece allí; hasta cierto punto, los criminales son gente más limpia,
más inofensiva; esta afirmación no la hago porque yo mismo haya matado a un ser humano: es una
honesta y profunda convicción. ¿Un individuo es pernicioso?. Pues se lo liquida y se acabó. Eso es lo
que yo llamo una buena acción. Piensen cuánto peor es para la sociedad que ese individuo siga
destilando su veneno y que en vez de eliminarlo se quiera contrarrestar su acción recurriendo a
anónimos, maledicencia y otras bajezas semejantes. En lo que a mí se refiere, debo confesar que
ahora lamento no haber aprovechado mejor el tiempo de mi libertad, liquidando a seis o siete tipos
que conozco.
Que el mundo es horrible, es una verdad que no necesita demostración. Bastaría un hecho
para probarlo, en todo caso: en un campo de concentración un ex pianista se quejó de hambre y
entonces lo obligaron a comerse una rata, pero viva.
No es de eso, sin embargo, de lo que quiero hablar ahora; ya diré más adelante, si hay
ocasión, algo más sobre este asunto de la rata.















3

¿Encontraría a la Maga? Tantas veces me había bastado asomarme, viniendo por la rue de Seine, al arco que da al Quai de Conti, y apenas la luz de ceniza y olivo que flota sobre el río me dejaba distinguir las formas, ya su silueta delgada se inscribía en el Pont des Arts, a veces andando de un lado a otro, a veces detenida en el pretil de hierro, inclinada sobre el agua. Y era tan natural cruzar la calle, subir los peldaños del puente, entrar en su delgada cintura y acercarme a la Maga que sonreía sin sorpresa, convencida como yo de que un encuentro casual era lo menos casual en nuestras vidas, y que la gente que se da citas precisas es la misma que necesita papel rayado para escribirse o que aprieta desde abajo el tubo de dentífrico. (...)
Ahora la Maga no estaba en mi camino, y aunque conocíamos nuestros domicilios, cada hueco de nuestras dos habitaciones de falsos estudiantes en París, (...) preferíamos encontrarnos en el puente, en la terraza de un café, en un cine-club o agachados junto a un gato en cualquier patio del barrio latino. Andábamos sin buscarnos pero sabiendo que andábamos para encontrarnos. Oh Maga, en cada mujer parecida a vos se agolpaba como un silencio ensordecedor, una pausa filosa y cristalina que acababa por derrumbarse tristemente, como un paraguas mojado que se cierra.


















4

-Cuatro -dijo el Jaguar.
Los rostros se suavizaron en el resplandor vacilante que el globo de luz difundía por el recinto, a través de escasas partículas limpias de vidrio: el peligro había desaparecido para todos, salvo para Porfirio Cava. Los dados estaban quietos, marcaban tres y uno, su blancura contrastaba con el suelo sucio.
-Cuatro -repitió el Jaguar- ¿Quién?
-Yo -murmuró Cava- Dije cuatro.
-Apúrate -replicó el Jaguar- Ya sabes, el segundo de la izquierda.
Cava sintió frío. Los baños estaban al fondo de las cuadras, separados de ellas por una delgada puerta de madera, y no tenían ventanas. En años anteriores, el invierno sólo llegaba al dormitorio de los cadetes, colándose por los vidrios rotos y las rendijas; pero este año era agresivo y casi ningún rincón del colegio se libraba del viento, que, en las noches, conseguía penetrar hasta en los baños, disipar la hediondez acumulada durante el día y destruir su atmósfera tibia. Pero Cava había nacido y vivido en la sierra, estaba acostumbrado al invierno: era el miedo lo que erizaba su piel.
-¿Se acabó? ¿Puedo irme a dormir? -dijo Boa: un cuerpo y una voz desmesurados, un plumero de pelos grasientos que corona una cabeza prominente, un rostro diminuto de ojos hundidos por el sueño. Tenía la boca abierta, del labio inferior adelantado colgaba una hebra de tabaco. El Jaguar se había vuelto a mirarlo.
-Entro de imaginaria a la una -dijo Boa-. Quisiera dormir algo.
-Váyanse -dijo el Jaguar- Los despertaré a las cinco.


5
Vine a Comala porque me dijeron que acá vivía mi padre, un tal Pedro Páramo. Mi madre me lo dijo. Y yo le prometí que vendría a verlo en cuanto ella muriera. Le apreté sus manos en señal de que lo haría, pues ella estaba por morirse y yo en un plan de prometerlo todo. «No dejes de ir a visitarlo —me recomendó. Se llama de este modo y de este otro. Estoy segura de que le dará gusto conocerte.» Entonces no pude hacer otra cosa sino decirle que así lo haría, y de tanto decírselo se lo seguí diciendo aun después de que a mis manos les costó trabajo zafarse de sus manos muertas.
Todavía antes me había dicho:
—No vayas a pedirle nada. Exígele lo nuestro. Lo que estuvo obligado a darme y nunca me dio... El olvido en que nos tuvo, mi hijo, cóbraselo caro.
—Así lo haré, madre.
Pero no pensé cumplir mi promesa.











6
¡Showtime! Señoras y señores. Ladies and gentlemen. Muy buenas noches, damas y caballeros, tengan todos ustedes. Good-evening, ladies gentlemen. Tropicana, el cabaret MÁS fabuloso del mundo... «Tropicana», the most fabulous night-club in the WORLD... presenta... presents... su nuevo espectáculo... its new show... en el que artistas de fama continental... where performers of continental fame... se encargarán de transportarlos a ustedes al mundo maravilloso... They will take you all to the wonderful world... y extraordinario... of supernatural beauty... y hermoso... of the Tropics... El Trópico para ustedes queridos compatriotas... ¡El Trópico en Tropicana! In the marvelous production of our Rodney the Great... En la gran, maravillosa producción de nuestro GRANDE, ¡Roderico Neyra!... «Going to Brazil»... Intitulada, Me voy pal Brasil... Taratará tarará, taratará tarará taratareo... Brazuil terra dye nostra felichidade...

domingo, 10 de abril de 2016

miércoles, 6 de abril de 2016

Literatura hispanoamericana

Reflexiones

http://lenguayliteratura-tac.blogspot.com.es/2011/05/frases-celebres-de-los-escritores.html



Documental sobre el boom
https://www.youtube.com/watch?v=SWTStxfm6U4&list=PLDy0yKdB1lLrW8Lp2Jh9sCYSoLnwY8f09


JORGE LUIS BORGES
"El libro de arena", extraido del documental Los libros y la noche
https://www.youtube.com/watch?v=CghOMQc7Mhg


Biografía y algunos conceptos clave.
http://www.biografiasyvidas.com/biografia/b/borges.htm

Entrevistas
"A fondo", 1976
https://www.youtube.com/watch?v=2gu9l_TqS8I&nohtml5=False

Entrevista con Borges, 1985


Poemas
"A los dones"

"Borges y yo" en la voz de su autor

Cuentos recomendados para iniciarse:
"Tema del traidor y del héroe"; "Funes el memorioso", Ficciones, 1944
"Deutsches Requiem"; "El aleph",   El aleph, 1944


JULIO CORTÁZAR
"Casa tomada", leida por Cortázar

Entrevista, interpretación

Desde 1:20, vida


Cronopios


domingo, 3 de abril de 2016

Abril es el mes más cruel



April is the cruellest month, breeding
Lilacs out of the dead land, mixing
Memory and desire, stirring
Dull roots with spring rain.

The waste land, T. S. Eliot, 1922).

Motivos para este fragmento:

a) ...

Sí, claro.

b) El primer verso es uno  de los más citados de la poesía

c) La tierra baldía  deja atrás la naturaleza y da paso a la ciudad moderna (“basura pétrea”).
Es una de las raíces de la poesía urbana posterior. Es decir, de nuestra poesía.
Pero, además, contiene referencias eruditas: el Grial, Dante, Baudelaire, el tarot...

d) Para proponer unas adivinanzas: ¿cómo comienza su otra obra más importante? (también con una de las citas poéticas más conocidas); ¿qué gran autor de los 50 era un enamorado de Eliot?; ¿cuál de los dos libros era el preferido por los autores de los 50?, ¿y por los novísimos?
Se puede echar aquí un ojo:
http://cultura.elpais.com/cultura/2015/01/25/actualidad/1422207668_867339.html

e) Para que veáis estas traducciones y comentemos cosillas de estilo:

Abril es el mes más cruel: engendra
lilas de la tierra muerta, mezcla
 recuerdos y anhelos, despierta
 inertes raíces con lluvias primaverales. (Agustín Bartra, 1977).

Abril es el mes más cruel, hace brotar
 lilas en tierra muerta, mezcla
memoria y deseo, remueve
lentas raíces con lluvia primaveral. (Juan Malpartida, 2001).

Abril es el más cruel de los meses, pues engendra
lilas en el campo muerto, confunde
memoria y deseo, revive
yertas raíces con lluvia de primavera. (Andreu Jaume, 2015).

Fuente: